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Foto del escritorDulce Merce

Un café con Dulce y Gemma Herrero Virto

11 de Septiembre de 2017

Miro hacia el estanque y me quedo ensimismada observando el reflejo del sol sobre la superficie. Está lleno de barcas y me dejo llevar por el recuerdo de las líneas de Los crímenes del Lago. Se me pone un nudo en la garganta.

Estoy esperando a Gemma; ha venido desde muy lejos para tomarse un café conmigo en una de las terrazas del Retiro. A la sombra, bien resguardadas en esta ola de calor de septiembre.

—Bu —escucho detrás de mí. El corazón me da un vuelco antes de escuchar una risa. —¡Gemma! —medio grito llevándome una mano al pecho— ¡Casi me da un tabardillo! —¡Lo siento! —se disculpa mientras se sienta a mi lado con la sonrisa todavía bailando en su rostro.

Me rio yo también y, cuando nos acomodamos las dos en nuestras sillas de cara al estanque, le pregunto qué tal el viaje, su marido y toda la prole perruna y gatuna. Pero ella me mira divertida: —Anda, dispara, que sé que tienes unas ganas locas de meterte con la entrevista. —¿Tanto se nota? —digo mientras levanto un brazo para llamar al camarero. —¡No paras de mover la pierna! —La verdad es que llevo un montón de tiempo con las preguntas escritas y... ¡estoy deseando saber! —Pues venga, soy toda tuya. La miro con una sonrisa de oreja a oreja y, tras pedir dos cafés con leche y sacarina, comienzo: —Siempre que me planto ante una historia que me llama tanto la atención me pregunto lo mismo y en este caso no podía ser de otra manera, ¿cómo nació la idea de Los crímenes del Lago? —Sé que esto sonará raro y que puede que penséis que estoy medio loca (algo de razón tendríais), pero la idea me llegó en un sueño. No vi la primera escena, no era un sueño visual. Simplemente alguien me dictó el primer capítulo entero, palabra por palabra, mientras dormía. En cuanto me levanté corrí hacia el ordenador para escribirlo y que no se me olvidara. Compartí esas primeras páginas en Facebook y a la gente le encantaron, así que decidí seguir. —¿Un sueño? Madre mía Gemma, ¡yo soy incapaz de recordar un sueño! Te envidio. ¿Y a cuál de todos tus personajes has cogido más cariño? —A Eric, el protagonista. Curiosamente, cuando escribí las primeras 134 páginas y se las pasé a mi marido (que es mi lector 0), me dijo que la historia estaba genial, pero que no tenía personaje. En aquel momento le odié, pero me di cuenta de que no me había parado a perfilarlo, confiando en que cobraría vida por sí solo. Me pasé varios días rellenando cuestionarios de personalidad para él, imaginando toda su vida pasada, buscando alguna foto en internet que me permitiera verlo tal como yo lo imaginaba. Cuando lo tuve todo claro, volví a reescribir esas primeras 134 páginas y estoy muy contenta del resultado. Le llegué a coger tanto cariño que hasta me daba pena cuando se lo hacía pasar mal. —Me encanta. Y es que muy poca gente se da cuenta de la importancia que tiene contar con un lector cero real. Quiero decir, uno que te diga las verdades a la cara, a pesar de que nosotros, escritores sensibles como somos, lo tomemos mal al principio. Pero dime, ¿en qué género literario te sientes más cómoda a la hora de escribir? —He probado ya bastantes: policíaca, thriller paranormal, terror, fantasía… Incluso ahora estoy escribiendo una novela postapocalíptica y un libro de relatos de ciencia-ficción. Creo que el género es lo de menos. Cuando me atrapa una historia, tengo que contarla, sea del género que sea. —Eso es verdad, al final el genero es lo de menos lo importante es la trama y su entorno. Por cierto, es increíble lo bien ambientada que está la historia. ¿Has tenido que documentarte mucho? —La verdad es que me ha sido de muchísima utilidad el Google Street View. Me hice un mapa enorme de Swanton y lo colgué en la pared y luego con el Street View iba mirando cómo eran las calles, las casas, los bares… He mirado tanto esas calles que creo que si me soltaran en Swanton podría guiarme perfectamente. De hecho, según me movía de un lado a otro del mapa buscando algún detalle, me iba diciendo a mí misma: “Mira, ésa es la casa de Eloise… Y mira, ahí vive Camille Anderson…”. También estuve leyendo información sobre Vermont, sobre la historia de Swanton, mirando la página web del pueblo… Gracias a Internet he podido documentarme de maravilla. Hace unos años, cuando Internet no existía, creo que habría sido imposible escribir esta historia y que quedase tan creíble. —Vaya… te estoy imaginando con la pizarra de crímenes en plan CSI. ¿Y te gusta esa labor a la hora de escribir? —La verdad es que documentarse es lo que menos me gusta, pero sé que es imprescindible para que la historia funcione y los detalles encajen. Hay veces que te pasas horas y horas buscando un pequeño detalle que luego sólo va a ocupar unas líneas en la novela, pero tú tienes que buscar documentación, leerla, contrastarla… Me parece un rollo, pero también tengo que reconocer que, a veces, encuentras información que no estabas buscando y que te da nuevas ideas para la trama. —Doy fe de que los detalles encajan a la perfección. Y de qué le dan credibilidad y fundamento a toda la historia. Te cambio de tema. Tienes muchos libros autopublicados en Amazon. Si una editorial llamara a tu puerta ¿aceptarías? —Yo ya publiqué con una editorial y fue una pesadilla. Desde que liberé mis derechos y empecé como escritora independiente, soy inmensamente feliz, así que me lo pensaría muchísimo antes de volver a firmar nada. No me importaría ser una autora híbrida, es decir, conservar mis derechos digitales y que una editorial se encargara de los derechos en papel, ya que creo que es en la distribución de ejemplares físicos donde los autores independientes tenemos más problemas para llegar a los lectores. De todos modos, si viene Planeta a mi puerta con un cheque muy gordo, les atendería ;-) —Jajajaja, te entiendo te entiendo. Oye, ¿y qué opinas de todo lo que ha pasado en el concurso de Amazon? —¿Te refieres a las zancadillas, malos rollos y acusaciones cruzadas que ha habido entre algunos autores? —Sí. —Gracias a Dios, yo he estado bastante al margen de todo eso, aunque he visto a autores afectados a los que considero amigos y duele ver lo que la gente puede llegar a hacer por un premio. Sinceramente, lo que más he sentido es vergüenza. Si no nos respetamos entre nosotros, que deberíamos tratarnos como compañeros, ¿cómo vamos a conseguir que se nos vea como profesionales? Cuando acabe el concurso, por muchas cabezas que hayas tratado de pisar, por mucho dinero que te hayas gastado, por muchos trucos que hayas usado, sólo va a haber un ganador. El resto nos quedaremos a solas reflexionando sobre nuestro trabajo, nuestras relaciones con nuestros compañeros, nuestros logros… Cuando llegue ese momento, yo prefiero seguir conservando a la gente que me importa y poder tener la conciencia tranquila. —Desde luego, lo de poder dormir a pierna suelta por la noche es un plus. Entonces, en resumidas cuentas, ¿cómo valoras tu experiencia en dicho concurso? —Pues la verdad es que estoy muy contenta. Sólo me presenté para ganar algo de visibilidad y conseguir que más gente me conociera y esos objetivos se han cumplido con creces. He conseguido muchísimas ventas, me han hecho comentarios maravillosos sobre mi novela, tengo nuevos lectores que han empezado con Los crímenes del lago y ahora están leyendo mis novelas anteriores… Además de eso, mi novela está la número 17 en popularidad y la 3ª en valoración de los lectores entre casi 1.200 novelas presentadas. ¡No habría imaginado eso ni en mis mejores sueños! —Eso es una pasada Gemma, enhorabuena. Sé que has currado mucho hasta llegar aquí, ¡has escrito un montón de historias! De todas ellas, ¿de cuál te sientes más orgullosa? —Pues curiosamente de mi novela menos vendida, Zhilan (El hombre confuso, el chino muerto y los gatos parlantes). Es una novela muy divertida y original y creo que lo tiene todo: aventura, misterio, romance, sexo… Por tener, tiene hasta gatos que hablan. No se puede pedir más :-P —Pues he de decirte que es una de las que necesito leer; lo de los gatos que hablan me da mucha curiosidad. ¿Y ahora? ¿qué te traes entre manos? —Pues ahora mismo estoy escribiendo una novela postapocalíptica, titulada VenganZa, sobre un grupo de supervivientes que están encerrados en La Alhóndiga de Bilbao tras una invasión zombi. Ya, ya sé lo que me vas a decir… ¿Zombis otra vez? Ya se ha escrito todo lo que se podía escribir de ese tema. ¿Y si te digo que el subtítulo es El apocalipsis zombi desde el otro lado de la verja? ¿Alguien ha pensado alguna vez que los zombis puedan pensar, sentir, soñar… o querer vengarse? Ahí lo dejo ;-) —Pues qué quieres que te diga, que a pesar de que no soy de zombis me haré con ella. Sabiendo como escribes… ¡va a ser un éxito asegurado! Y volviendo al tema del concurso… ¿nos das una quiniela? ¿Quién crees que será ganador, y quién finalista? —Ahora debería darte largas y decir que hay mucha calidad y que no me mojo y tal y cual, pero venga… voy a ganarme algunos enemigos :-P Creo que va a ganar La torre Tesla, porque lleva en los primeros puestos todo el concurso. En cuanto a los finalistas, me la juego con Karen, Chapter y El último susurro. Ay, perdona… ¿Dices que me queda un hueco? Pues Los crímenes del lago, que me han dicho que es cojonuda ;-) —Jajaja, yo he leído Karen y El último susurro. Y tienen madera. Y el tuyo Gemma, porque efectivamente es una historia cojonuda. ¡Ya veremos si aciertas! Para terminar, ¿nos pones tus enlaces a tu vida virtual? —Por supuesto. Y muchas gracias por la entrevista. Ha sido un placer :-) Facebook: https://www.facebook.com/gemmaherrerovirto2 Twitter: @Idaean Blog: http://idaean.wordpress.com/ Web: http://gemmaherrerovirto.es

Doy por concluida la entrevista y me dejo llevar por la conversación que, ahora sí, se centra en su enorme familia y la mía, más pequeña. Un chapoteo en el agua nos hace girarnos de inmediato; es lógico, aún resuena su historia en nuestras cabezas.

18 de septiembre de 2017

—¡Gemma es finalista… Gemma es finalista… GEMMA ES FINALISTA! —¿Por qué gritas? —me pregunta mi marido mientras entra en el cuarto. —¿Te acuerdas de ese libro que te dije en verano que me había gustado? —Merce… ¿cuál? Te han gustado un montón. —Los crímenes del lago. —Me acuerdo. —¡Pues ha quedado finalista! —¿De cuánto dinero estamos hablando? ¿Tú porqué no te presentas? —¡Yo que sé! ¡Pero ha quedado finalista y eso es la caña!

Dejo a mi marido por imposible y me pongo en contacto con Gemma.

—¿Sí? —¡Gemma, tía me acabo de enterar! ¡Enhorabuena! —No me lo creo, Merce… —Buah… ¡no me extraña! Al final, has acertado uno de la quiniela, ¿eh? —Sigo en shock, me está felicitando un montón de gente. —Lo mereces, tus crímenes se lo merecen. Es una gran historia. Pero dime, ¿cómo fue la llamada? —Pues fue alucinante. Yo pensaba que ya habrían llamado a los finalistas (aunque la esperanza nunca se pierde). Mi marido sin embargo estaba convencido de que me iban a llamar. De hecho, me había dicho que, cuando me fuera al gimnasio, le dejase mi móvil para poder contestarles él. Cuando me llamaron y vi un número desconocido, él me dijo: cógelo, que son los de Amazon. Cuando lo pillé y me dijeron que eran ellos y que era una de las finalistas no me lo podía creer. De hecho tuve miedo que se hubieran confundido con alguna otra Gemma. Hasta que no dijeron el título de Los crímenes del Lago, no pude creer que se refería a mí. Ahí empecé a gritar como si estuviera loca y a reírme y a repetir: gracias, gracias, gracias. Luego como me dijeron que todavía no podía decir nada, nos fuimos a la calle con el perro para estar lejos de Facebook y nos tiramos una hora bajo la lluvia jugando con el perro, bailando y pegando botes. Tranquila, no vinieron del psiquiátrico a encerrarnos. Cuando volvimos a casa, ya lo habían anunciado y me tiré toda la tarde respondiendo felicitaciones. Fue una pasada :) —Jo, no me extraña Gemma. Se me han puesto los pelillos como escarpias de escucharte. De verdad, de corazón… ENHORABUENA.

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