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  • Foto del escritorDulce Merce

Un café con Dulce y Samir Dabián

Desde el primer momento lo supe, supe que tenía que traerle aquí, al pantano de San Juan. Siendo de Madrid y habiendo leído su libro, era lo que tocaba... si lo habéis disfrutado, si os habéis dejado atrapar entre sus páginas, sabréis de lo que hablo. Lógicamente es algo simbólico.

Llevo un rato sentada en la manta cerca de la orilla, mirando como se mueve el agua con la suave brisa  que corre, ¿lo notas? ¿No te da la sensación de que hace frío y que sin embargo se está la mar de a gusto?

Si te fijas a mi derecha tengo una cesta de mimbre, bien podría tener tortilla de patata, unas croquetas de jamón, un surtido de ibéricos y una hogaza de pan. Incluso podía haber metido de estraperlo la botella de Baileys que me sugirió Samir como el que no quiere la cosa, pero lo que tengo es un termo con café bien calentito y unos sándwiches del rodilla... La vida no da para más.

Respiro y dejo que al aire puro del campo inunde mis pulmones. ¿Tú también sientes la primavera?  Menos mal que ya está aquí... He tenido que esperar a que haga mejor tiempo para tomarme este deseado café con mi compañero de letras.

Escucho ruido de pisadas y giro la cabeza; ahí está uno de los autores con los que más he disfrutado este año.

—¡Hola, Samir! —saludo mientras me levanto para llegar a su altura y darle un abrazo.

—Hola, gracias por traerme hasta aquí. ¿No habrás traído comida verdad? — pregunta mirando la cesta.

—Solo café y unos sándwiches.

—Genial, porque como te dije la tortilla y los filetes empanados los pongo yo.

Se quita de los hombros la mochila y la abre para que veamos las fiambreras. el olor de la comida me hace salivar.

Yo aplaudo y señalo el sitio en la manta. Lo preparamos todo para empezar a comer, venid, sentaos a nuestro lado y vamos a conocer más a Samir, que yo estoy deseando preguntar...

Esta primera pregunta es casi obligada. ¿Qué nos puedes decir de ti? ¿Y de Rafael?

—Me llamo Samir Dabian Guerra y nací en Madrid hace casi cuarenta años, aunque mi niño interior nunca me ha dejado de dar el coñazo y encima es un friki en toda regla. Amante del cine y la literatura en general, pero sobretodo del género fantástico, desde bien pequeño me montaba mis propias historias y aventuras y pronto comencé a plasmarlas por escrito.

Soñaba con ser escritor y publicar, y siempre tienes que perseguir tus sueños, ¿no? Pues no… gracias a la titulitis que asoló mi generación, traté de sacarme la carrera de Empresariales y convertirme en un hombre de bien, haciendo algo que odiaba pero que “debía hacer”. Pero cuando llevaba tanto tiempo en la carrera que por los pasillos me confundían con un tuno, vi que necesitaba cambiar de vida y me puse a trabajar. Pasé por diversos empleos antes de encontrar aquel que me permitiese ganar lo suficiente para pagar mis vicios, entre los que se encuentra el de viajar por el mundo… un vicio bastante caro.

Entonces conocí a dos personas que influyeron en mi vida en distintos aspectos: la mujer que me devolvió la fe en el amor y con la que me casé (y eso que siempre había rechazado la idea del matrimonio), y a Rafael Muñoz Molina, con quien compartía muchas aficiones y quien se convirtió en un gran amigo que me recordó mi sueño de ser escritor.

Rafael, un amante de la literatura y de videojuegos de terror y misterio como el Alone in the Dark y Stalker, ya había publicado varios libros, entre otros una serie policíaca protagonizada por el inspector Perteguer que gozaba de éxito y eso me animó a dar el paso definitivo.

Así que aquí nos ves compaginando trabajo, vida familiar, ocio, escritura y vuelta a los estudios (a mí me ha dado por estudiar Psicología y Rafa está estudiando su tercera carrera, Filología Inglesa).

¡Vaya dos os habéis juntado! ¿Sabes? yo tardé once años en sacarme la carrera precisamente por eso de tener que currar cuanto antes... Dile a Rafa de mi parte que me ha ganado siendo fanático videojueguil —rio con él y aprovechamos para seguir comiendo, cojo un trozo de tortilla antes de pasaros a vosotros el plato—. Pero volvamos al tema, vuestro libro, esa pequeña joya indie. ¿Cómo y de quién surge la idea de Lo que acecha? ¿Por qué ese título?

—En los libros de Perteguer, aunque es género policíaco, hay  toques fantásticos y de terror, al estilo de la serie Expediente X, pero Rafa quería ir un paso más y aumentar el peso de la parte fantástica en la trama.

Por mi parte, quería cumplir mi sueño y ya había comenzado el primer capítulo de una novela policíaca cuando hablamos y tuvimos la idea de Lo que acecha: escribiríamos a cuatro manos y cada uno desde el punto de vista de un personaje diferente, para así usar un lenguaje y forma de narrar los hechos distinto.

Sería nuestro pequeño homenaje a las obras de Poe y Lovecraft, actualizadas y pasadas por el tamiz de la cultura popular moderna como Indiana Jones, la fantasía épica o, sin andar más lejos, series como True Detective.

El título Lo que acecha hace referencia al ciclo de los Mitos de Cthulhu de H.P. Lovecraft y a su visión de un terror ancestral y cósmico, más allá de la razón humana; ese que hace que se tenga un temor irracional de la oscuridad o que mires debajo de la cama antes de acostarte.

—Con lo poquito que me gusta a mí el terror os agradezco enormemente que os hayáis decantado más por la fantasía y el thriller. Y con semejante documentación y haciéndolo a cuatro manos ¿Cuánto tardasteis en escribir semejante libro?

—Nos llevó casi un año. Cada uno escribíamos nuestra parte con la ayuda única de una brújula y nuestra imaginación desatada y nos reuníamos con frecuencia acompañados de unas cervezas y unas patatas bravas, para ver dónde nos llevaba la historia de Montero y Xoel.

Desde el principio documentarse bien era uno de nuestros principales requisitos, tanto por la ambientación como para dar credibilidad a la historia. Además, hay un pequeño secreto que quiero desvelar: los libros que más disfruto no son solo los que me entretienen más, sino de los que también aprendo algo. Y, por eso, espero que la próxima vez que un lector pasee por el Templo de Debod, en Madrid, o escuche el término “Líneas de Ley”, o vea un colgante con la palma de una mano con los dedos apuntando hacia abajo (un talismán judío llamado la mano de Hamsa), se acuerde de nosotros.

—Estoy convencida de que así será. Yo personalmente me he visto intentando poner en imágenes muchas de las escenas del libro, como el cofre con el extraño lenguaje... Por cierto, ¿cómo llevas la segunda parte? ¿Habrá una tercera? Que sepas que tiene toda la pinta de serie que eclipsaría al mismísimo CSI Las Vegas y sucedáneos.

Muchas gracias por el cumplido, aunque tal y como está la televisión en España, que cancela productos como El ministerio del tiempo por falta de audiencia, creo que tendríamos que vender la idea a Netflix. Jajaja

En un principio queremos cerrar la historia principal en el segundo volumen, que está ya muy avanzado, de forma que Lo que acecha será una bilogía. Aunque no descartamos la idea de realizar la tercera parte o algún spin-off centrado en algún personaje, queremos también poder dedicarnos a otros proyectos.

—Tengo muchísimas ganas de leeros, en serio. Ahora mismo, en estos momentos, ¿qué estás escribiendo?

Estoy metido de lleno en el segundo volumen de Lo que acecha. Después me centraré en dos proyectos: terminar una novela policíaca que dejé a medias y una novela corta de ciencia ficción.

—¡Bien! —Dejo el sándwich que estaba comiendo y levanto la mano para chocar los cinco—. Oye, y a parte de haber escrito esta novela, también has participado en la antología benéfica de LLEC, el grupo de facebook, ¿qué tal la experiencia?

La experiencia ha sido fantástica y me encantaría participar en la siguiente antología benéfica que organice LLEC, es un orgullo haber aportado mi granito de arena en el apoyo del tratamiento de cáncer y la leucemia infantil.

Para 40 Relatos de Fantasía y Ciencia Ficción primero presenté un relato de ciencia ficción pero no fue escogida por no ajustarse bien al género. Pero no quedará en un cajón, lo utilizaré como embrión de una novela corta que espero escribir pronto. Por eso mandé un segundo relato y este si fue aceptado, La ofrenda al Dragón, un relato que habla sobre la vejez y nuestros mayores y que usa el género fantástico como envoltorio.

—Espero que todos esos planes salgan, y pronto. —Paro un momento para ofrecer una taza de café con leche que he traído preparado de casa y mientras sirvo en las tazas me acuerdo de sus personajes—. ¿Sabes? Me encanta la forma en que plasmas las personalidades de los distintos personajes. ¿Utilizaste ficha a la hora de crearlos o te dejaste llevar por ellos?

Hice un pequeño resumen sobre la vida y milagros de los personajes principales, con apuntes sobre alguna parcela destacada de su personalidad, más que nada para evitar contradicciones. Pero una vez comienzas a escribir, toman vida propia y el escritor sufre como una especie de desdoblamiento múltiple de personalidad, dejando hablar a sus personajes de forma libre. Además trato de evitar los personajes planos y no creo en el banco y negro, sino en las tonalidades de gris, como en la vida misma.

—Estoy totalmente de acuerdo contigo. Y se nota cuando un personaje está vivo en el autor. —Ambos bebemos de la taza después de brindar—. Cambio un poco de tema... ¿Qué es lo que menos te gusta del mundo independiente y lo que más?

¿Lo que menos me gusta? Intento mantenerme al margen de trifulcas y guerras, pero odio ver como hay escritores más pendientes de lanzar puñaladas traperas a otros que en escribir sus propio libros. Les ves en su trono rodeados de su cohorte de groupies que les adoran creyendo que, de esa manera, conseguirán su porción de fama y ventas.

Pero me quedo con lo que más: conocer gente fantástica en el camino, grandes personas que te ayudan de forma desinteresada y de las que aprender el oficio. Me puedo vanagloriar de mi amistad de Enrique Vidal, al que conocí en uno de sus shows y tuve el placer de meter unos dolares en la goma del tanga después de que bailase para mi.

Escupo el café antes de soltar una sonora carcajada. Me gustaría haber visto a estos dos en plena exaltación de la amistad facebookiana.

—Dime, Samir, ¿vas a presentarte al concurso de Amazon de este año? Si es que no… ¿y en años venideros?

Después de ver el espectáculo dantesco del año pasado plagado de guerras y tácticas dignas de la mafia siciliana, incluida el de una persona acusando a otra de plagio por usar el término psicothriller, creo que no.

Además, el próximo libro que quiero sacar pertenece a una saga y creo que incumple uno de los requisitos de participación.

Pero nunca digas de este agua no beberé ni este cura no es mi padre... en un futuro ¿quién sabe?

—Es que lo del año pasado fue de traca, pero oye... De esta también conocimos gente muy interesante y maja como bien has dicho antes. Cambio de nuevo de tema, Samir. Está claro que dominas este género.  Doy fe. Pero, ¿te atreverías con otros? ¿Cuál es tu favorito?

Considero que no me circunscribo a un género determinado. Lo que acecha es un compendio de género policíaco, fantasía, terror... aderezado con algo de humor. Y mis proyectos tampoco se podrían catalogar en un sólo género, aunque tengo mi predilección por el fantástico en toda su variedad.

Creo que lo único que no me atrevería a escribir sería romántica y erótica. Las veo muy difíciles de hacer bien, sin que sea una trama manida y predecible, por lo que admiro a los escritores de estos géneros que consiguen algo novedoso con sus obras.

—¿Quién sabe? ¡A lo mejor te sorprendes si lo intentas Samir! —Le doy un pequeño golpe en el brazo y el mueve el otro deshaciendo mi idea. Lo dejaré estar de momento...—. Y para terminar, ¿nos dices dónde podemos encontrarte?  Blogs, Twitter, Facebook...

Siempre quise escribir un blog, pero requiere un compromiso que creo que, por ahora, no puedo dedicarle.

Pueden encontrarme en el Facebook como Samir Dabian Guerra y en Twitter e Instagram como @samdabian.

Y también está la página de la saga en el Facebook: https://www.facebook.com/loqueacecha/ y el correo electrónico loqueacecha@gmail.com donde estaremos encantados de contactar con los lectores.

—Ojalá tengas muchísima suerte en tus próximos proyectos.

Coloco la taza ya vacía a un lado y dejo que el sol, que ya empieza a calentar, me dé de pleno en la cara. Samir hace lo mismo, y si abro un ojo estoy convencida de que vosotros también. Este año el invierno ha sido especialmente duro y cualquier rayo de sol es anhelado con fervor.

Y aquí creo que nos vamos a quedar un rato, disfrutando de la brisa, del paisaje, del sol y del olor a primavera.

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