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  • Foto del escritorDulce Merce

Un café con Dulce y May


POLENTA CAFÉ

Hace mucho tiempo que espero este momento, mucho. Y no solo porque estoy ansiosa por saber de su último trabajo, sino por estar aquí, en nuestra cafetería favorita, hablando de manera distendida sin importarnos horarios ni tener obligaciones que atender.

Si miras el reloj de la pared verás que aún es temprano, hemos preferido hacerlo así, temprano, para poder provechar el día.

¡Mira, allí está! Es esa chica de pelo rojo que sale del metro. La que camina con paso firme hacia aquí. La mismísima May Blacksmith.

¿Ves como es especial? Según ha entrado en la cafetería, en nuestro Polenta, parece que ha entrado el sol.

Me levanto de la mesa como un resorte y corro a su encuentro para darle un abrazo de los nuestros, de los que ella y yo sabemos darnos de vez en cuando. Pero esperad que os presento, conocí a May hace muchos años, y la sigo desde antes de ser amigas del alma, luego una cosa llevó a la otra y hoy en día nos damos los buenos días por las mañanas y las buenas noches por las noches, y todos los días.


Vamos a sentarnos en nuestra mesa, en ese rincón tan nuestro y vamos a pedir lo de siempre, antes de meternos en faena, que hay mucho que queremos saber y mucho que contar.

—El sitio no ha cambiado nada —me dice May mientras mira a su alrededor.

—La verdad que no, sigue igual que la primera vez que estuvimos aquí.

—Estoy un poquillo nerviosa por saber cómo es la entrevista —susurra, como no queriendo que te enteres, aunque sé que la has escuchado de sobra.

—Pues como si estuviéramos solas... ¿Te parece que hagamos primero la entrevista y luego nos quedemos por aquí perdiendo el tiempo con nuestras cosas?

—Me parece —contesta con una sonrisa de oreja a oreja que imitamos en el acto; la camarera nos deja los dos cafés con leche y un par de palmeritas integrales que nos hacen salivar.

—¡Pues vamos allá! ¿Cómo surge la idea, el inicio? ¿Cuál fue el detonante que te hizo comenzar a escribir Diarios para Carol?

—Una promotora de autores indie, propuso un concurso de relatos navideños hace justo un año y me animé a participar, pero tal y como me pasó con mi anterior novela, que fue una situación parecida, vi que el relato iba a pasarse de palabras y al final decidí no presentarlo. Ha entrado y salido del cajón varias veces este año. De hecho, la portada se hizo realidad en febrero, cuando su creadora, Ana Idam, me hizo una visita con su portátil y ahí, en mi sofá mano a mano, la convirtió en realidad. Nunca olvidaré ese momento y sus ánimos para que me presentara al concurso indie de Amazon.

—Esos momentos no se olvidan y además forman parte de la historia de la novela; la portada es divina, por cierto. Dime... ¿Crees en la magia?

—Uffff!!!! Supongo que sí. Llevo mis pulseras de piedras naturales, tengo mi lámpara de sal del Himalaya que me regalaron mis sisoul cuando estrené mi casa… tengo mis libélulas, mis hadas campando a sus anchas por mi hogar, hasta en mi piel, pero a veces la fe falla jajajaja.

—Aunque esa fe falle yo creo que la respuesta es un enorme SI, jajaja. ¿Sabes? Yo me he creído la historia, la has hecho real… ¿Qué sentiste al escribirla?

—Muchas cosas. He puesto mucho cariño y sentimiento a esta historia. Quería centrar una buena parte en 1985 porque fue un año muy importante en mi vida, tanto para bien como para mal y necesitaba volcar todo eso en esta pequeña novela, pero de una forma bonita, intensa en la que todo ocurre por un porqué; siempre hay que ver el lado bueno de las cosas. Que es importante no dejar de soñar ni de recordar, pero sin amargura, sabiendo donde nos encontramos ahora y lo que hemos sido capaces de conseguir.

—Es que menuda lección de vida puedes descubrir entre sus líneas... A pesar de ser un cuento, una novela corta, tiene un trabajo de documentación alucinante. ¿Te gustó realizar ese trabajo, lo disfrutaste?

—Bueno, siempre se ha criticado a la novela romántica porque no requiere ningún tipo de documentación y creo que no hay que generalizar. Hay que asegurarse de lo que se cuenta, si está basado en un hecho histórico o en un momento artístico. Otra cosa es hacer un guiño a otra novela o, en el caso de Diarios para Carol, a la película Bohemian Rapsody. A mí me suceden cosas extrañas mientras escribo jajaja se me ocurre una escena que tiene que ver con algo de la historia o de un hecho en concreto y voy lo miro y coincide a la perfección. Es como si estuviera oculto en mi memoria y de repente se manisfestara. Madre mía, si alguien lee esta entrevista se va a pensar que estoy pirada o que soy lo más parecido a la bruja Lola.

Lleva documentación, es cierto. Como decía, para una simple frase a veces hace falta mucho tiempo buscando y contrastando, por que nos gusta dar calidad aunque solo seamos escritores indie.

—Es que al final es nuestra tarjeta de presentación por muy indies que seamos... Dinos, ¿quién es May?

—Buena pregunta. ¿Me ayudas a contestar? May es una persona hecha así misma, que se ha hecho fuerte y más segura con la edad pero sin perder la sensibilidad, aunque a veces parezca que carezco de ella. Es mi forma de expresarme. Soy algo bruta y visceral, pero es lo que tiene ser una superviviente. Amiga de sus amigas y cada vez más selectiva en ese terreno. Una romántica empedernida que no cree ya en el amor. Un pelín ingenua todavía y muy mal pensada; jajajajaja esa es May, un cóctel de contradicciones que lleva de todo un poco.

—Pues te conoces bastante bien, ¡no te he tenido que ayudar! Eres una persona con un corazón muy grande, eso te ha faltado. —Le guiño el ojo y aprovechamos el momento para coger al mismo tiempo la palmerita y darle el primer bocado—. Volviendo a esos diarios... ¿Quién es tu favorita Sam, Martha, Carol… o Anne? ¿Te sientes identificada con alguna de ellas?

—En un principio era Martha. Esa aventurera que sin querer viaja en el tiempo y no duda en vivir esa experiencia para el resto de sus días. Luego Carol empezó a tener un protagonismo no planeado y… supongo que es mi preferida. Fuerte, segura, enamorada y fiel a sus principios.

No. No me siento identificada con ninguna, pero sí que Carol ha llegado a parecerse a mí en algún momento aislado.

Sorbemos las dos del café mientras nos miramos, divertidas por la situación: tener una entrevista serie con todo lo que sabemos la una de la otra.

—Aunque yo sé la respuesta, ¿te has planteado mandarlo a editorial o prefieres Amazon? ¿qué opinas de la autopublicación?

—No me planteo para nada editorial, prefiero ser independiente. Yo me lo guiso, yo me lo como. Aunque en estos momentos la autopublicación no es lo que era antes, ahora es más complicado que te vean en Amazon. Nos hemos vuelto un poco invisibles… Si me viniera una editorial importante, tendría que ser una oferta irresistible y creo que de esas ya no hay ni creo que nunca se fijen en mí.

—Uy... nunca se sabe. Ahora muchas editoriales grandes tienen puesto el ojo en la literatura indie. —Te miro y te guiño un ojo, cómplice. Nos giramos hacia May y sonreímos. Ambos sabemos lo que toca preguntar—. Antes de Diarios para Carol fue Compromiso con la Mafia; voy a ser cruel… ¿cuál prefieres?

—Eres cruel, vaya preguntas maliciosas. Pues es como preguntarle a una madre cuál es su hijo preferido. Su contestación sería que los quiere a los dos igual, aunque sean diferentes y esa es mi respuesta. Compromiso con La Mafia es mi primogénito, algo deseado hecho realidad y Diarios para Carol, es la niña de mis ojos.

—Lo sé. Soy mala... jajajaj, pero dinos, ¿qué va a venir después? ¿qué te traes ahora entre manos?

—Después queda abrir el cajón y decidir por dónde seguir. Hay muchas historias queriendo ver la luz. Una de ellas acabada, pero con necesidad de un cambio de narrador y mucha edición que abarca varios géneros y otra romántica más coral, a la que tengo gran cariño, pero todavía no sé cual de ellas verá antes la luz o si se me ocurrirá escribir otra totalmente diferente.

—Es que vaya cajón que tienes... ¿Qué destacarías de tu novela?

—¿Destacar? No sabría decirte. La he escrito, como he dicho antes, con cariño, ilusión y amor, mucho amor. Siempre he sido muy fantasiosa, me ha chiflado el tema de los viajes en el tiempo, la magia de la Navidad de cuando era pequeña. Ese ambiente familiar, la ilusión de los regalos, de Papá Noel o los Reyes. He hecho un cóctel lo he agitado bien y ha salido Carol. Creo que hemos perdido la capacidad de ilusionarnos, de emocionarnos, y pienso que es algo que no hay que dejar de hacer, hay que tener proyectos, metas, intentar cumplir deseos propios y ajenos… Tenemos que volver a creer en la magia, en lo que somos capaces como personas con simples detalles, no todo tiene que ser material. Hace poco deseé algo, una tontería, pero que era muy difícil que se cumpliera y sucedió, así de simple. ¡Pasó! No era algo transcendental ni que fuera a cambiar mi vida, pero lo deseé y ocurrió. Magia… pero en la que yo tuve algo ver. Este año ha sido un año de cambios en mi vida y me han sucedido muchas cosas y Diarios para Carol y su contenido creo que han tenido mucho que ver, ¿existen las casualidades o todo es efecto de la causalidad? ¿Acaso no somos nosotros los que provocamos que sucedan algunas cosas? Yo, a día de hoy tengo claro que sí. Somos capaces de hacer que sucedan cosas pero también que existen las casualidades o quizá solo es la magia que nos rodea y hemos dejado de ver... jajajaja.

«Guau», pienso antes de mirarte. Tú también te has quedado con la boca abierta, como yo.

—Pues claro que existe la magia, y hay seres mágicos, como tú —respondo guiñando un ojo—. Pero cambiemos de tema. ¿Cuál es tu género literario favorito y por qué?

—Pues aunque parezca mentira es el de suspense. Ese sería mi number one, y algún día me gustaría poder escribir una novela de ese género, pero estoy a años luz. Me encanta desde la segunda página intentar averiguar quien es el malo, los giros y que me sorprendan. Ser la detective que acompaña a la trama jajaja, estoy fatal, lo sé. Hago lo mismo con las series que veo, vamos, que soy un coñazo como compañera de sofá. Y, sin duda, la romántica le pisa los pies, porque soy una romántica empedernida aunque el amor me haya dado esquinazo siempre (suspiro), pero si que es verdad que en este género me he vuelto muy selectiva. Me tiene que enganchar desde el primer capítulo, si no… me cuesta la vida seguir leyendo.

—Ains... te entiendo. Yo creo que valoramos más nuestro tiempo y no nos gusta desaprovecharlo en tonterías jajajaja. Para terminar, ¿nos pones los enlaces a tu vida virtual?


Y llegados a este punto, tengo que deciros que nosotras seguiremos por privado, no sin antes dejaros los enlaces a su bio en Amazon y a sus libros :)



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