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Foto del escritorDulce Merce

Un café con Dulce Y Verónica Monroy

Si tenéis la suerte de vivir en Invernalia, estos días puede que os piten los oídos porque por el centro necesitamos urgentemente que sople un poco de aire fresco... Sin embargo, como por más que abráis las ventanas por esos lares, aquí no va a llegar ni media brisa, hoy os hago una recomendación: poneros el bañador, untaros de protector solar factor 50 y acompañadme a la piscina a conocer a Vero.

Lo sé, lo sé... ¿¡A quién se le ocurre salir con esta chicharra!? ¡Con la cantidad de locales con aire acondicionado que hay por Madrid! Pues qué queréis que os diga, me apetece un montón un chapuzón.

Si entramos en la azotea del Hotel Emperador situado en plena Gran Vía veremos a Vero debajo de una sombrilla. Sí, es la chica morena del fondo, la que está haciendo carantoñas a ese gatito que se esconde debajo de la hamaca.

La llamo y, cuando levanta la vista, saludo con la mano; ella me urge para que me ponga a su lado. El sol aquí arriba achicharra como el de abajo, así que corro en busca de esa sombra como el gato.

Veo su copa llena de café; a mí también me apetece un montón un café con hielo bien fresquito.

Cuando el camarero se va dejándonos solas, Vero vuelve a acariciar al animalito, como si tuviera un poderoso imán en su pelajo.

—¿Te gustan los animales, verdad? —pregunto con una sonrisa para empezar de lleno con la entrevista.

—La primera directa, ja,ja. ¡Sí! Me encantan los animales. Desde pequeña he convivido con ellos, aunque mi experiencia fue creciendo y evolucionando con el tiempo. Para que te hagas una idea, comencé con peces y tortugas, para después pasar a canarios y periquitos. Mi sueño siempre fue tener un perro, pero hasta los diecisiete no pudo cumplirse. Diez años después, ahora tengo un gato y sigo con mi perra… ¿Qué será lo próximo? Solo el destino lo sabe… Eso sí, puedo asegurar que nada de insectos, lo siento… Aunque, si nos enfocamos en mi literatura, la presencia de los animales abarca a todas las especies habidas y por haber… (y por inventar ja,ja,ja).

—Hay una cosa que necesito saber del libro, algo que no me puedo quitar de la cabeza desde que lo leí la primera vez; digo primera porque lo estoy releyendo con mi pequeño... je, je. Dime, Vero... ¿Me darás esa receta de ese salmón al horno?

— Esa receta no tiene mucha complicación… Un buen lomo de salmón, una salsita de mantequilla y eneldo por encima, unos minutitos al horno y… ¡listo! ¿Lo malo? Nos faltaría el ingrediente secreto de Armais y ese solo los que han leído su aventura lo saben… Así que no creo que nos quede del todo igual ¡Ja,ja,ja!

—¡Mantequilla y eneldo! ¡Qué riquísima, por Dios! ¿Sabes? La haré, a pesar de no saber el ingrediente secreto y te lo haré saber... Pero ahora en serio, centrémonos en Armais, el Mago. ¿Cómo te decantaste por este género? ¿Qué te llevó a estrenarte en la autopublicación con la fantasía?

—La fantasía es el género que más me apasiona y al que nunca abandonaré. Siempre destaqué por ser una niña muy fantasiosa, creadora de historias. Es más, entretenía a mis amigos y a mis primos con relatos de aventuras y seres fantásticos… Puedo afirmar que tengo cierta facilidad para crear personajes que se salen de la norma. Además, la realidad me aburre, me satura en ocasiones y, en la fantasía, es donde encuentro mi remanso de paz, mi excusa perfecta para soltar mi locura. Por todo ello, no podía ser otro el género con el que empezara esta aventura literaria.

—Y sin perder esa paz de vista que me encanta, ¿quién fue el primero en aparecer en tu mente, Magist o Armais?

—Pues fíjate que, si bien es cierto que el primero fue Armais como tal, un pequeño mago que, en apariencia, carece de magia, la primera forma “física” que vislumbré en mi mente fue la de Magist. Sabía la historia que quería y quién sería el protagonista, pero Magist se presentó como la manifestación de todas las virtudes que quería introducir y como una versión “light” de mí misma con su humor descarado.

—¡Me encanta! Porque creo que todos los que escribimos volcamos nuestro interior en alguno de los personajes que aparecen; te veo Magist y me haces sonreír automáticamente. Pero dime una cosa, una curiosidad que tengo. Casi todos dicen que el público infantil es el más complicado, ¿estás de acuerdo?

—Sí y no. Sí, en cuanto a que esto ocurre por una razón muy sencilla. Muchos escritores para adultos consideran que la literatura de los niños es aburrida, porque piensan que carece de mucha libertad a la hora de tratar ciertos temas y no es así. Si bien es cierto que debes acomodarte a la edad del lector infantil a la hora de incluir ciertos argumentos, esto no significa que tengas subestimar a los niños y jóvenes. Ellos se encuentran en una etapa de aprendizaje y son como esponjas. Todo conocimiento y todo aquello que les interese, lo absorberán y lo harán suyo. Son muy inteligentes y no puedes darles a leer cualquier cosa. A ellos también les gustan los personajes desarrollados (dentro de la propia sencillez del argumento), también les atraen las historias interesantes, llenas de aventuras y con conceptos que ya conocen como el amor, la amistad, el odio, la tristeza…  En mi caso, no me resulta complicado escribir para ellos, porque los trato como a un lector más, con sus necesidades, sus gustos y, sobre todo, con personajes con los que se puedan identificar, a pesar de encuadrarse en mundos mágicos o fantásticos.

—Tienes toda la razón. Son esponjas y están ávidos de información con la que rellenar su disco duro. Al ser un público con el que contactas de inmediaro, ¿piensas seguir con las aventuras de Armais?

—Tenía pensado continuarlas, sí, aunque después de un tiempo. Sin embargo, me ha sorprendido la buenísima aceptación por parte del público adulto. Tanto por las reseñas que me han ido dejando los lectores, como comentarios por privado, por teléfono también (sí, por teléfono ja,ja) e incluso con detalles como los muñequitos de mini-Magist que me hizo una compañera escritora. A todo esto se suma que me han pedido la continuación y algunos han fantaseado también con la posibilidad de una saga del negado de la magia, así que creo que tendré que adelantar su escritura.

—Yo te animo a esa saga, sin lugar a dudas. Debes continuar con el negado, le auguro grandes éxitos. Deduzco que ahora mismo no estás escribiendo nada de Armais. ¿Qué es lo que te traes ahora entre manos? ¿Vas a seguir navegando por el mundo infantil con otros personajes distintos o vas a pasarte al adulto?

—Pues ahora mismo estoy trabajando en una novela de fantasía épica oscura. Esto quiere decir que está más enfocada a un público juvenil-adulto. Sierpen, que así se llamará la novela, cuenta la historia de un heredero oscuro en cuya venganza se encuentra el cumplimiento de su destino: traer el caos a todo un continente.

Como me gusta escribir para todo tipo de público, puedo asegurar que escribiré literatura infantil y adulta. De hecho, esta faceta “infantil” ha resultado toda una novedad para los lectores que ya llevaban un tiempo leyéndome antes de que me decidiera a salir a la “luz” de la autopublicación. Ellos están más acostumbrados a los argumentos del tipo de Sierpen, por lo que les tengo esperando a su lanzamiento y bajo la amenaza de látigo ¡Ja, ja!

—Y dime, ¿te resultó complicado formar todo este mundo imaginario?

—Como el objetivo de Armais era el de presentarlo a concurso, no me resultó difícil darle las pequeñas pinceladas que dieran forma a su universo literario. Sin embargo, ahora que sé que saldrán más libros con sus aventuras, deberé desarrollarlo más y, aunque no comparte el mismo universo con Sierpen y las novelas que componen ese tipo de fantasía, sí que tengo planeado interrelacionarlas de algún modo.  

—Pues me parece muy acertado, y es algo que me gusta mucho de los escritores a los que sigo: encontrar pinceladas de otras de sus obras en las nuevas que estoy leyendo. ¡Antes de que se me olvide! Que esto lo pregunto siempre... ¿Quién es Vero?

—Podría decir que soy una chica normal, pero… mentiría ¡ja,ja! Como buena acuariana que soy, ya has visto que soy fantasiosa a más no poder. Creo que disfruto de un muy buen humor porque me rio de todo, hasta de mí misma. Aun así, reconozco que soy terca y perseverante. Si algo se me pone entre ceja y ceja, no me detengo hasta conseguirlo. También tengo mucho carácter (los que me conocen ya lo saben), pero considero que soy una persona justa o, al menos, eso intento.

En cuanto a mi faceta de escritora, creo que dejo mucha de mi esencia en lo que hago. La mayoría de mis personajes llevan algo de mí y si no lo demuestran en sus actos, lo harán en sus palabras… ¡Ah, y hablando de palabras! Soy muy muy muuuuuy habladora… (creo que ya lo habrás comprobado con esta entrevista).

—Ja, ja, ja,  ¡Qué va! En realidad a mí también me gusta hablar por los codos, así que... ¡te entiendo! Oye, no sé tú, pero la piscina me está llamando a gritos desde hace un rato. Termino ya pero antes dinos, ¿dónde te podemos encontrar, blogs, páginas de autor, Twitter...?

—Tengo página de Facebook, Blog, Twitter, Goodreads… Vamos, casi de todo ja,ja,ja. En definitiva podéis encontrarme en:

El gato se enrosca entre sus piernas buscando más mimos, pero Vero le hace saber que se va a meter en la piscina porque estamos las dos al borde del golpe de calor. Nos ponemos de pie bromeando sobre haber escogido uno de los días más calurosos en la historia para hacer la entrevista. Menos mal que el agua de la piscina nos va a engullir en breve.

¿Y vosotros? ¿Os apetece daros un chapuzón? ¿Os tiráis en bomba con nosotras? No vale hacer aguadillas; de lo contrario haremos de vosotros peluchitos de gato.

¡A la de tres! Una, dos y... TRES.

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